Razas de Punce

La población acuática no solo está formada por las sirenas y tritones, estos poseen una cantidad de formas y tamaños prácticamente infinita, siendo igual de variable su personalidad, pudiendo ser amables, malignos, e incluso hermosos u horripilantes; pareciese que el único rasgo que tuviese en común esta extensa “familia”, fuese que son “humanos” de las cintura para arriba, y peces hacia abajo. Se dice que los sirénidos cargados de mayor belleza, tenían su equivalente en vanidad. A lo largo de los siglos, se ha considerado a las sirenas hechiceras que arrastraban a los marinos hacia la muerte, utilizando sus gracias, para retener las almas de sus víctimas como las olas a la espuma; se decía que incluso, las que ostentaban una malignidad prolija, cazaban y devoraban presas humanas, siendo quizá imposible decir que incauto que cayese en sus encantos tenía un final peor…Tampoco es como si unas criaturas tan enigmáticas como estas tuviesen solo una fama tan negativa; supuestamente, tenía la capacidad innata de predecir tormentas, y hallar tesoros perdidos en el océano, quizás en un naufragio. Su temple cambiante y su aplastante arrogancia las hacen criaturas impredecibles, peligrosas. Por si fuera poco, muchos historiadores le atribuían características terribles a su versión masculina, el tritón; osaban tildarlos como seres espantosos, que aborrecían la raza humana, y devoraban a sus propios hijos. Obviamente, esto no era una regla inquebrantable; se sabía que las diferentes criaturas que encasillaban como sirénidos, fuesen féminas o varones, podían poseer un aspecto tan cautivador como escalofriante, no por nada siendo conocidos como “Los hijos del mar”. En la antigüedad, y en el presente, han sido, y continuaron siendo, un blanco de caza para perseguidores, coleccionistas y otros tantos lunáticos, por lo cual, siguen envueltos en cierta misticidad, ya que no se necesita mucho sentido común como para ver que ser atravesado por un arpón, y colgado en una pared, no es un bonito final. Poseen la capacidad de adoptar una forma “Humana” para movilizarse libremente en tierra, sin embargo, un aislamiento demasiado prolongado de su ambiente natural podría matarlos.

Desgracia. Es una palabra que le viene como anillo al dedo a estas enigmáticas criaturas. Desde el comienzo de los siglos han sido cazadas por diferentes culturas, desde los vikingos hasta los caballeros ingleses, y se llegó a creer que se habían extinto por completo.  No obstante, su trato dependía del lugar donde hubiesen nacido. En occidente, siempre se han considerado a estas criaturas seres malignos, dignos de ser aborrecidos y maltratados; en cambio, en oriente se les conocía como seres cargados de bondad. Se les han atribuido muchas formas y habilidades a estas criaturas, apariencias similares a las de los dinosaurios, así como también serpentinas. La capacidad de conocer las eternidades más remotas de los cielos, el más profundo abismo del mar, poder arrojar fuego, ácido, hielo, veneno. Su cuerpo era una armadura viviente, conformada por escamas. Se podría “finiquitar” con decir que el eterno rasgo en común que compartían, era la capacidad de volar; un tema que, no es del todo cierto; aunque muchas de estas criaturas surcaban los cielos sin alas, otras no podían siquiera saltar sin hacer el ridículo.

Son criaturas orgullosas, tildadas de egocéntricas y codiciosas; se les ha acusado también de ser astutos, glotones y crueles. Solían pintárseles como imponentes reptiles plantados sobre un tesoro infinito, contado perfectamente desde la más insignificante moneda, hasta el más ostentoso cetro. Su atracción por los objetos brillantes es palpable, y su ira por la traición o el abuso de confianza, imparable. Cargados o ignorantes de paciencia o compasión. Su enojo, quizá acompañado de un ardiente aliento de fuego, conseguía acabar con países enteros. Podían tener cuernos, colas en forma de tridente, mazo, con púas. Su tonalidad podía vagar del azabache, pasando por el escarlata, el dorado, verde y azul, habiendo también dragones albinos. Pueden habitar en cuevas, cráteres de volcanes, en incluso las más remotas profundidades de lagos y océanos. Parecían llevar consigo un manto de soledad, que los impulsaba a mezclarse con la humanidad, debido a que su narcisismo no les permitía entablar relaciones prolongadas con su propia especie.  También su tamaño era variable, según los narradores, lo suficientemente pequeños como para ocupar apenas la palma de tu mano, o tan despampanantes como para hundir un continente con solo bostezar. A pesar de su humor frívolo, quizá todos sus problemas ronden en torno a una apasionada actitud reprimida, y a un mal genio explosivo.

¡Boom! El fuego es cambiante, impredecible, peligroso. A veces un halo de vida, otras la destrucción inminente. Puede ser tan pacifico como una danzarina fogata, y tan atroz como un incendio colosal, devorando cualquier cosa demasiado endeble a su paso. Los seres relacionados con dicho elemento, son apasionados, tienen la mala costumbre de dejarse llevar por sus emociones, sin medir el daño que esto pueda ocasionar en su entorno. A pesar de que no todo en las llamas se trate de destrucción, y el calor pueda albergar vida, paz, para ello se necesita paciencia, y para quemar algo, solo hiperactividad, ira, capricho. Un elemento tan vivaz como este, ha sido capaz de traer vida, y en base a ello, existen los piromantes. Criaturas que han hallado su existencia entre las llamas, y probablemente concluya en ella.  A pesar  de que su subsistencia no es “Humana”, su muerte, aunque lenta, es inevitable; al fin y al cabo, una vela siempre acaba por consumirse. De apariencia que puede recordar al ardor, las tonalidades carmesíes predominan en su apariencia, y su temperatura corporal está por encima de la media, sufriendo graves cambios de humor, y condición física al encontrarse en temperaturas bajo cero, su comodidad se encuentra en el calor.

Debido a que su vida comenzó en las llamas, son capaces de tener un control considerable sobre estas. Sin embargo, no son capaces de crearlas a partir de la nada, ya que ello sería acortar su vida, y probablemente, absorber el calor del cual se alimentan, de su propio cuerpo. Como mecanismo de defensa, no pueden acortar su vida robando su propia energía. Sería como cubrir una fogata con un recipiente de cristal, dejando dentro un ventilador. De una u otra forma, el incendio “controlado”, perecería. Su habitad favorito son las zonas volcánicas, y debido a que la existencia de estas criaturas, posiblemente comenzó en estas, al ser parte de su elemente son capaces de soportar temperaturas tan altas como para hacer explotar a un simple humano, llenando esta elevada radiación su cuerpo de energía...

El agua es un elemento cambiante. Muchos dicen que estable, ya que siempre intenta volver a su cauce. Sin embargo, puede ser calmo, sinuoso, ruidoso e incluso imperceptible. Suele decirse que toda la vida ha surgido del agua, pero se puede asegurar que ninguna existencia sobrevive sin agua. Como tal, suena casi redundante decir que el agua ha sido capaz de crear a una raza por sí sola, siendo un elemento cargado de energía. Sin embargo, estas criaturas, que tienen por madre a dicho líquido vital, poseen una temperatura inferior a la humana, considerando que rara vez la humedad es caliente por naturaleza, teniendo que influir en ella factores externos. No soportan muy bien las temperaturas altas, pero su procedencia puede ser casi infinitamente variada, debido a que el agua existe en todas partes. También son renuentes a las temperaturas que van más allá del “bajo cero”, a menos que hayan nacido en lugares con tales características, o se hayan acostumbrado a estos; el clima influye en su comportamiento y forma de ser, así como tienen la capacidad innata de controlar el agua de su entorno, a veces en un solo estado, el que más estaba presente en el momento de su nacimiento, pero, también son capaces de dominar los tres; a veces, incluso poder influir sobre dos, tales como el sólido y el gaseoso, se considera un rasgo propio de un prodigio. Su cuerpo contiene más agua que la medida humana, y su “sangre” es muchísimo más importante para su organismo, debido que, al ser un torrente contenido en una forma corpórea y pensante, podrían estallar en cualquier momento, como un globo que ha sobrepasado su límite. Su ciclo de vida es más duradero que el de un humano, debido a que su elemento se adapta, pero, sin embargo, igualmente termina llegando a su cauce, por largo que haya sido el trayecto. Suele decirse que son apacibles, calmos y compresivos; pero, así como un riachuelo puede no presentar alteraciones, una cascada puede ser tan peligrosa como un meteorito que triunfo sobre la atmósfera.

La tierra es el elemento de la sustancia, la firmeza y la estabilidad. Su existencia se caracteriza por ser prácticamente exacta, sin dejar espacio para dudar. A pesar de que ser un elemento tan sólido, suele ser la base para la vida de muchos seres, tales como las plantas; en pocas palabras, a pesar de lo que se pueden considerar “dificultades” materiales, han sido capaces de traer a la vida una raza única. Dichas criaturas, se identifican por tener una resistencia física sobre la medida del humano, así como una vida más longeva. Es difícil lastimarlos, sin embargo, no tienen un completo control sobre su temperatura corporal, pero no por ello son enteramente susceptibles a los cambios de temperatura. Por ejemplo, sería más difícil que se quemasen poniendo la mano al fuego, sin embargo, eso no protege a quienes tocasen su piel de sentir el ardor causado por las llamas; el punto es, que al no ser enteros supervisores de la temperatura que predomine en su organismo, tardan en calentarse, o enfriarse.
La mayoría de su especie vino al mundo en valles pedregosos, o cañones abruptos; no obstante, no todos conocieron la vida en terreno parcialmente estéril, se sabe que su existencia pudo haber tenido como punto de partida ciénagas olvidadas, o tupidas selvas; e incluso desiertos. El punto no estaba en que tan infecundo o fértil fuese el ambiente, se trataba de la cantidad de energía que albergara el elemento en sí. Suelen estar encasillados dentro de una personalidad sería, rara vez afectada por los factores externos, sin embargo, también pueden ser hiperactivos, tales como el polvo deslizándose sobre una superficie plana.

El aire es el elemento de la libertad. No tiene ataduras terrenales, y comúnmente se ve exento de problemas que puedan encerrar su espíritu. Esta quizá sea una definición correcta para los seres que provienen del aire, y finiquitaran en el mismo. Su esencia en sí, es prácticamente intangible, esto incluye su tacto, temperatura, entre otros; aunque su figura pueda parecer pesada, no tienen ninguna dificultad en movilizarse en el elemento que les ha dado vida. Poseen la capacidad de levitar, una habilidad que probablemente no pueda titularse como volar, oficialmente, debido a que dicha capacidad se basa en manejar las ráfagas de viento a su alrededor, pero no crearlas, simplemente usarlas a voluntad para movilizarse, o defenderse. Son absolutamente renuentes a las preocupaciones, y guardan en la mayor pureza posible el concepto de “Libertad”; no tienen en buen concepto a las criaturas que intentan imponerles obligaciones, tomando actitudes quizá, libertinas. También se encuentras los sabios, que utilizan su “desligamiento” para comprender el universo, y el flu…Quizá. Existen desde los completos violadores de la ley, hasta aquellos que encuentran su libertad en respetar parte de los derechos que les han impuesto las criaturas terrenales, tanto a ellos como a sí mismos. Despreocupados, a pesar de todo, una vez que algo, o alguien ha logrado ponerles un lazo flojo a la realidad, tienen fama de buenos consejeros, y sus formas de expresar sus cambios emocionales suelen estar atados a la personalidad que ha desarrollado, que puede rayar de turbulenta, como un tornado, o apacible, como la más adormecedora brisa de otoño. Tanto la seriedad como la hiperactividad tienen cabida en sus diccionarios imaginarios, sin embargo, a pesar de su aparente longevidad, suele decirse que los elementales de aire de mayor edad han desarrollado una madurez absoluta, pero no por ello pierden su “esencia básica”.

La luz es un componente que se encuentra en prácticamente todo el universo. Es la responsable de que los objetos sean visibles, que los colores sean apreciables; su existencia data más allá de donde cualquier registro podría hacerse responsable de su reconocimiento. Por ende, no es extraño que sea la “madre” de una raza de criaturas muy peculiares, nacidas de sí misma, seres supuestamente puros, que han sido dotados con la habilidad de regenerar a su prójimo, con la posibilidad de darle rienda a suelta a dicha capacidad, debido a su control parcial sobre un tipo de energía muy peculiar que vaga por el cosmos, la luminiscencia. Dichas criaturas, se dice que cuentan con una apariencia física que parece irradiar inocencia, y pareciese que cada parte de su ser inspirara candidez, y en algunas casos, ingenuidad. Su temperatura corporal es variable, aunque, la mayoría trasmite un calor nimiamente mayor a de los seres humanos; sin embargo, lo distinto no es tanto la temperatura, pareciese que su temperatura reflejara su aura, irradiando desde una tibieza reconfortante, hasta una glacialidad aplastante. Como los colores, que se dividen en fríos, y calientes, la luz, y sus “hijos”, están dotados de personalidad gélidas, o cándidas; no obstante, sea cual sea, rara vez, por no decir que sea casi imposible, albergan verdadera maldad en sus corazones. No puede serse muy específico respeto al punto exacto donde estos seres comenzaron a existir; quizá surgieron de un ciclo lunar cargado de energía, o por el contrario, de un atardecer digno de ser pintado. Hablando de la luna, durante las fases donde no hace acto de aparición en el cielo nocturno, se debilitan considerablemente, debido a que son susceptibles a la oscuridad, y a pesar de poseer una vida más longeva, quizá hasta inmortal, la carencia de su elemento madre apaga la mayoría de su esencia, convirtiéndolos en seres más débiles, hasta que el alba haga acto de presencia; obviamente, y en base a esto, se sienten más enérgicos durante el día, o en luna llena, y son los momentos ideales para que den uso a sus habilidades de curación.

Muchas leyendas afirman que los elfos fueron los primeros en habitar la Tierra. Nacidos de la luz que bañaba los bosques; por eso dicen que los elfos son la naturaleza personificada.
Desde el comienzo de los tiempos, estos seres han vivido en comunidades en mitad del bosque, montañas y demás lugares rodeados de naturaleza. La comunicación entre ellos es cordial, benévola, servicial, hasta podría decirse que los elfos se consideran una gran familia aunque no estén emparentados con lazos de sangre. Construyen sus propias viviendas y suelen encontrarse un máximo de 200 elfos por campamento, nunca superan este número de habitantes por razones desconocidas. Quizás por salvaguardar su especie si decidieran atacarlos. Físicamente se caracterizan por ser de una altura menor a la de los humanos, con quienes comparten un aspecto muy similar; orejas en punta, levemente alargadas, ojos almendrados y un cabello liso que la mayoría de veces presenta un color claro y vivaz. Gozan de una gran hermosura y se comunican con una voz casi melódica. Aunque parecen frágiles y delicados como raza son ágiles y fuertes, sobretodo en el manejo del arco, tratándose de verdaderos expertos. A menudo viven por encima de los 1.200 años pero una gran mayoría de ellos se sienten impulsados a dejar el mundo de los hombres y los mortales mucho antes. Generalmente los elfos suelen ser muy individualistas pero su comportamiento continúa ciñéndose a la colaboración y bondad. Pueden ser reservados e incluso desconfiados a bocas de un humano pero de hecho, no lo son. Nunca mienten.

Habilidades | Debilidades:
—Ya que un elfo data de ser una raza sigilosa y bastante silenciosa, puede pasar desapercibido por el ojo humano en más de una oportunidad. En el bosque, son prácticamente invisibles y su tiempo de espera antes de que su presencia sea notada es incluso mayor. | Sin embargo, esto no confiere en que sean invisibles. Simplemente, su presencia es poco notoria para la raza mundana o, en general, cualquier raza en sí. Mientras más tiempo se pase cerca de un elfo, más notoria se hará su presencia.
—Son muy veloces, buenos trepadores y excelente escaladores. Pueden treparse a arboles en busca de su alimento o su salvación, así como pueden escalar montañas sin sentir el cansancio que alguna otra raza sentiría. | No obstante, pueden sentirse mareados con facilidad. Por ello, no es factible que estén demasiado tiempo sobre ramas o escalando nada que sea muy alto. Una mala caída podría costarles la vida misma.
—Poseen infravisión, desarrollada a raíz de vivir en bosques y tener que pasar noches oscuras en vela, cuidando de no ser atacados por predadores silenciosos y hábiles. Pueden ver a través de la noche, pueden notar presencias e incluso pueden notar hasta el más mínimo sonido que se lleve a cabo a su alrededor. | Pese a ello, una luz lo suficientemente fuerte dirigida directo a sus ojos por la noche puede ser fatal, dejándoles temporalmente ciegos e imposibilitados a desplazarse a algún refugio.