Razas de Ratbag

Muchas veces dijeron que ver figuras en la oscuridad era una bobería; después, nos dimos cuenta de que no ver formas en la ausencia de luz, es carecer de imaginación… Pero, a veces, no es solo imaginación. La oscuridad existe en cualquier punto del universo, hace acto de presencia en la más aplastante luz, con la apariencia de sombra. Tiene la capacidad de difuminar su entorno, hacerlo invisible… Puede desaparecer continentes enteros con un eclipse, e incluso ahogar a los astros que iluminan el universo. Vuelve helada la luna, y la convierte en un satélite mortal, capaz de congelar al más incauto. No es extraño que de un ente tan, en muchos sentidos, poderoso, haya conseguido traer su propio tipo de vida al mundo. Los seres nacidos de la oscuridad, no tienen un origen claro; muchos dicen que son la representación más específica de la maldad, pero quizá solo sea paranoia. Irradian una temperatura corporal muy baja, y su actitud suele ser indiferente, por no decir que su trato, puede rayar de escalofriante. Rehúyen los lugares con luz, y aunque los lugares cargados de iluminación los debilitan, no son capaces de matarlos; su vida es más longeva, y la luminiscencia artificial puede tener mella en ellos, pero no tanto como el brillo solar. Aunque su apariencia física es  muy variada, su cabellera suele tener tonalidades frías, u oscuras, así como su piel puede resultar purpurea, o tan pálida como la de un muerto. Suele decirse que tienen la capacidad de transportarse a través de la sombras, atravesando distancias cortas dejándose absorber por la ausencia de iluminación; no obstante, esto, a pesar de ser una forma de movilización efectiva, absorbe parte de su esencia. A pesar de sentirse cómodos en la oscuridad, encontrarse en un lugar absolutamente carente de luz puede llegar a eliminar su existencia; quizá estos no lo vean de dicha forma, ya que el agua siempre vuelve a su cauce, pero, aunque esta conclusión de vida puede dar origen a otra, esta jamás será igual a la anterior.

Son seres que fueron creados con una mezcla extensa de habilidades, y porque no, emociones. Esto no quiere decir que las hereden, o, que por el contrario, sean incapaces de adquirirlas. Algunas tomaron vida luego de recibir sentimientos fuertes durante años, quizá odio, amor…Otras, fueron creadas específicamente para ser criaturas con un creador que quería jugar a ser dios. Comienzan su existencia sin alma, o al menos, con una poco definida, y su personalidad comienza a forjarse a partir de la primera emoción que experimentan. Son criaturas frías, de humor hasta temperatura corporal, al no ser más que muñecos, no hay sangre que corra por sus venas, aunque esta sea muy famosa en los rituales para “unirlos al ciclo de la vida”; siendo, por ende, más longevo, aunque, como cualquier objeto, se desgatan, pero, aunque lleven más de un siglo vagando por la tierra, su apariencia no adquiere signos de vejez. Una vez que el responsable de su “invocación”, estos suelen desligarse de ellos; sin embargo, se sabe de muñecas que han sido diseñadas para depender de algún rasgo único en su creador. Sangre, cabello, tono de voz, pueden ser desde sirvientes a soldados sin conciencia; no obstante, también existen muchísimas que luego de su “venida a la vida” no dependen nunca más de nadie, a menos que necesitasen una reparación. Están cargados de curiosidad, o, por el contrario, su indiferencia hacia su entorno puede ser más que increíble. Se sabe de muñecas que comenzaron a ser independientes tras ser poseídas por algún demonio, por una u otra razón, convirtiéndose en su móvil. De forma y tamaño variable, sin embargo, la mayoría fue creada con la meta de que su aspecto fuera similar en la mayor cantidad de rasgos a los humanos. El material de que están hecha pueden hacerlas más duraderas, o menos, y durante siglos se ha usado desde la porcelana a la madera, así como el acero y la arcilla, lo cual influye bastante en su textura, movilidad… Su cabello puede ser acrílico, o real, y cuando su cuerpo toma vida, este, junto con las uñas, comienzan a crecer, a una velocidad reducida, pero, se desarrollan, a menos que tengan una data enteramente artificial, y no esté unido a su cuerpo, siendo poco más que un mero accesorio intercambiable. No pueden regenerarse, no obstante, su piel es más resistente, aunque necesitan la ayuda de un profesional para reparar los daños que puedan hacerle a su fisionomía.

Son dos nombres distintos para la misma raza, en diferentes sexos. Las súcubos son mujeres hermosas, así como los íncubos son atractivos, por supuesto, el concepto de la belleza es relativo, y ese suele ser el rasgo que más los une, ya que su apariencia física, incluyendo los detalles que los tachan de demonios, es muy variada; las súcubos, al igual que sus contrapartes masculinas, los íncubos, son demonios que prolongan su vida, teniendo por esto, gran parte de sus especie, una apariencia lozana; o se llenan de energía, a través de las relaciones sexuales, dejando a sus víctimas débiles, o en el peor de los casos, sin vida. Pueden tener cuernos, colas en extremo puntiagudas, alas e incluso dientes más filosos y grandes en comparación con los de los humanos. Se ha dicho durante mucho tiempo que las súcubos son estériles, a diferencia de sus contrapartes masculinas, sin embargo, ha resultado ser una mentira, ya que los íncubos pueden nacer de la unión de la misma especie, a pesar de ser demonios que toman una forma similar a la humana, y se dice que su existencia comenzó debido a la lujuria reprimida del mundo. Los hijos nacidos de tan peculiares demonios, particularmente los híbridos, tienen posibilidades balanceadas de nacer con habilidades extraordinarias, la mejor parte de ambas razas; o por el contrario venir al mundo con cuerpos enfermizos, vidas cortas y dolorosas, debido a que su gestación comenzó en un cuerpo al que se le había arrebatado gran parte de su energía vital; siendo, esto último, más común en los hijos cuyo padre era el Yukubo. Su temperatura corporal está por debajo de la medida, y en la mitología suele acotarse que se pueden reconocer directamente debido a esta, no obstante, la mayoría no toma en cuenta dicho detalle; tienen una fuerza considerable, al igual que la velocidad, y, a pesar de todo, sus personalidades pueden ser extensamente variables; aunque suele acusárseles directamente de ninfómanos, muchos ven su manera de ver energía como simple alimento, y suelen obtenerlo únicamente por necesidad, evitando, el resto del tiempo, incluso, el contacto físico.

Son criaturas prácticamente milenarias, sus raíces son diversas, mantienen dinastías, así como jerarquías; se dice que fueron la tercera raza creada por dios, junto con los hombres y los angeles. Son una especie maliciosa, pero no por ellos deben tachar su personalidad de malvada; los hay benignos, bromistas, embaucadores, juguetones, serios, sabios, inteligentes, así como los hay malignos, se ha datado su capacidad de absorber la vida de sus invocadores a través de cumplirles “sus deseos”, que tienen más efectos colaterales que beneficios, según sea su decisión; por esto, no quiere decir que todos lo hagan. Cuentan con la capacidad de tomar diferentes formas, plantas, animales, antropomórficas; tienen la capacidad de tener influencia espiritual y mental sobre los humanos, siendo capaces de hundirlos en el terror, así como guiarlos por el camino correcto, pero esto no quiere decir que utilicen de cabo a cabo sus habilidades, muchos solo desean integrarse a su entorno. Los Djinns, a diferencia de los ángeles, comparten el mundo físico terrenal, siendo la mayoría incapaces de perder su tangibilidad, aunque dejen de ser óptimos para el ojo del resto de las especies; son fértiles, e incluso se ha dicho que los genios representan diferentes aspectos del mundo, desde la lealtad hasta la fecundidad, la ira, la ingenuidad y la inocencia, entre otros. Poseen la capacidad de atravesar sólidas paredes sin dejar de tocar lo material, y de estar unidos al “mundo de los vivos”, desplazarse a grandes velocidades, así como levitar, pueden desarrollar la habilidad de imitar la apariencia física de seres ya existentes, e incluso humanos. A pesar de que su gama de habilidades sea aplastante, su vida puede ser fugaz, o extremadamente larga, y puede envejecer, o decidir estancarse en un aspecto hasta el día de su muerte. No todos llegan a poder dominar todas las virtudes que les han ofrecido en bandeja de plata, y aunque un par suelen ser innatas, otras requieren de dedicación, paciencia… La mitología ha murmurado que pueden manejar a placer los elementos que los rodean, sin embargo, ha resultado ser, en su mayoría, falso, ya que ni siquiera pueden alzar vuelo libremente, pero no tienen que pisar tierra eternamente, siendo el punto medio entre ángeles y humanos. Tanto poder, aunque ningún ser de su especie lo admita, ya que suelen ser arrogantes, está encerrado en un cuerpo débil, capaz de enfermarse, y a pesar de poder dominar la magia a cierto nivel, aquellos que tomaron la decisión, o fueron obligados a servir a aquel que se titularan “su amo”, una vez que son encadenados a estos, siendo controlados por herramientas mágicas, usualmente grilletes, hechos de metal, un material en contra de su naturaleza, especialmente el oro y la plata; únicamente pueden usar su magia bajo los deseos de dicho ser, y solo pueden liberarse en dichas circunstancias. A veces, son otros Djinns quienes doblegan a tal situación a sus iguales; pero, se ha mencionado ya, que algunos encuentran satisfacción en dicha posición.

A pesar de tener un nombre “poco serio”, ya que, para que negar, puede traernos el recuerdo de la palabra “mendigo”, estas criaturas son tenebrosas, se dice que el primero de su especie nació de un mortal que fue cruelmente traicionado en términos amorosos, y en su venganza, se deshace del culpable, comiéndose su corazón; no obstante, como resultado, no saborea el calor de su acción, sino que su corazón se detuvo, congelándose, y a partir de entonces se dedicó a ser un caníbal, poseído por el deseo de la carne de aquellos que en el pasado fueron sus iguales. Son seres sigilosos, culpables de que titulen “paranoicos” a aquellos que suelen escuchar a las copas de los arboles susurrar sin que haya el más leve soplo de brisa. Se les titula de criaturas que vagan entre un aspecto “bestial y humano”; su apariencia original, es la de una criatura espantosa, de garras alargadas y filosas, ojos sangrantes, cuerpo reducido y veloz. Su aspecto humano es variable, pero su temperatura es casi helada, y la mayoría suele tener ojos escarlatas, aunque no es un rasgo obligatorio, pero si común, es una especie de gen dominante a la hora de la hibridación de dicha raza con otra. No todos sienten una atracción tan escalofriante por la carne humana, se dice que algunos encuentran una saciedad similar en alimentarse del musgo, especialmente si este se encuentra húmedo por el rocío. Es datado que no todos son criaturas malignas que solo desean tener un cuerpo descuartizado entres sus garras, sin embargo, su aspecto puede ser el causante de muchas muertes incidentales, especialmente en personas cardiacas, en un punto extremo de paranoia, entre otros.

Sin embargo, solo hay un consejo, que quizá suele de abuelo, para evitar ser la merienda de un Wendingo. No le digas tu nombre a primeras a un extraño, o lleves encima algo con tu nombre. Quizá resulte efectivo, pero, estas criaturas tienen como zona de caza predilecta los bosques, y su mejor “señuelo” es llamar a sus víctimas por su nombre, en plan seductor, o tal vez maternal, haciendo que estas pierdan la orientación al estar rodeados de árboles, u finalmente, sus vidas, teniendo una voz melodiosa, casi imposible de ignorar. Algunos, tienen la capacidad de que su llamado únicamente resuene en la mente de su presa, hasta conseguir su nombre en el recuerdo de sus palabras recientes, o que esta lo pronuncie.

Son seres normalmente asociados con “lo subterráneo”, y aunque su personalidad no sea especialmente malvada, tienen reacciones terribles cuando se les trata groseramente. Aunque el término “oscuro” se decía que se refería a su color de cabello, y no a la piel, esto es totalmente cierto; los elfos pueden tener la piel purpurea, pálida, morena, oscura, entre otros, así como su cabello puede rondar desde el rubio platinado hasta el magenta… quizá. Son criaturas renuentes a la luz, y su temperatura corporal, así como su aura, es seria, y un poco fría. Sienten una especie de pasión hacia el trabajo de los metales, desde pulir joyas, hasta forjar espadas. Pueden ser infantiles, frívolos y traviesos, sin embargo, su raza es famosa por ser seria, “majestuosa”, rencorosa y analítica. La mayoría se toma muy enserio las ofensas, y a pesar de tener grupos “jerárquicos”, rara vez titulaban a alguno de “rey”, y a pesar de que su linaje podía hacer peso para que tomara especialmente enserio a algún elfo oscuro, había empatía entre los diferentes “escalones”, que era mayormente omitidos por su sociedad; se ha comentado que detestan la traición, la incompetencia, tachándoles de impacientes en algunos aspectos. A pesar de todo, decían que la sabiduría que cargaba sobre mucho los convertía en seres curativos, una especie de “chamanes espirituales”, sin embargo, aquellos que tenían dicho título, únicamente prestaban sus dotes para curar a los suyos, tratándose de algo más psicológico que fisiológico, y por ende, las otras razas que acudían a “probar” su habilidades, o intentaban doblegarles a que los salvajes, los tomaban por un fraude, debido a que, al no haber conexión directa con los demandantes, eran incapaces de hacer algo por ellos, sin contar que, antes de sus poderes, estaban sus decisiones. Cuentan con la capacidad de mimetizarse en las sombras, siendo casi imperceptibles, sintiéndose más cómodos en la oscuridad, y por ende, durante la noche.

Así como se dice que los Nefilims, hijos de ángeles con humanos, fueron la causa del diluvio, se encuentran los no tan renombrados “nefilims oscuros”, hijos de los ángeles que fueron renegados al subterráneo debido a sus pecados, los cuales mantuvieron relaciones sexuales con los hechiceros que allí residían, trayendo una variante de los nefilims a dicho mundo “alterno”. Poseedores de una fuerza sobrehumana, suelen llevar a cuestas la razón por la cual sus padres fueron exiliados del paraíso, teniendo, la mayoría del tiempo dicho rasgo “hereditario” dentro de su personalidad, aunque algunos logran abolirlo, amoldándose más a la personalidad de la otra parte de su hibridación. Tienen la posibilidad de heredar una parte menor del poder mágico de uno de sus padres, pero esto no lo exhorta por completo de ser el resultado de la tentación a la que sucumbió su otro progenitor. Se les cataloga de arrogantes, impulsivos, con ansías de poder no saciadas. Solía acusárseles de caníbales, y, supuestamente, encontraban placer en beber la sangre de su progenitor anteriormente celestial, aunque tal vez no sea enteramente cierto, de todas formas, los ángeles caídos no tenían gran instinto maternal, a según. Pueden ser dañados con agua bendita, y a pesar de ser longevos, no teniendo una temperatura que diste mucho de la humana, les es casi imposible entrar a lugares con un aura “bendecida”, no siendo específicamente las iglesias, ya que algunas carecen de verdadera fe. A veces, incluso un triángulo de muérdago puede estar cargado de más esperanza que los cimientos de una catedral; también han heredado la intolerancia a la plata, sin embargo, ninguno de los contras mencionados anteriormente son capaces de matarlos usados distraídamente; en algunas ocasiones, una daga de plata humedecida en agua bendita no sirve de nada en contra de las fuerzas del mal sino es cargada por alguien con una pizca de energía positiva encima.