Ambientación

Australia, considerado uno de los países con mayor crecimiento poblacional, ha sabido como subsistir todos estos años y, más que eso, cómo existir sobre el promedio del resto del mundo. Con un alto nivel de desarrollo y múltiples actividades que involucran a todas las ciudades por igual, es un país modelo, tanto en forma de estructuras, planificación y gobierno, como de ciertas políticas que permiten que todo siga funcionando a la perfección. Sidney, la ciudad principal de aquella isla, es la metrópolis más habitada y reconocida, casi siendo el centro turístico más reconocido, con ciertos avances tecnológicos que la vuelven una ciudad envidiable. Quizás por eso fue que no se esperaban los acontecimientos que le esperaban.


Un fuerte terremoto azota la ciudad con una duración aproximada de siete minutos en donde la tierra se remeció desde el núcleo hasta las placas de la superficie, generando terror en los habitantes de esa importante ciudad. Casi cuatro millones de personas dentro de sus casas y en las calles se dejaron llevar por el terror, el pánico… pero en esa oportunidad no era la naturaleza quienes les llevaría la catástrofe, sino algo más profundo, algo mucho más oscuro que se escondía y que crecía dentro del mismo núcleo terrestre. Los movimientos sísmicos habían cesado, pero no así el ruido incesante de máquinas que se movían de manera subterránea. El terror había dado paso a la incertidumbre.

La zona industrial era desde donde provenían esos sonidos extraños. Algunos helicópteros que reportaban la catástrofe del terremoto de algunos minutos anteriores, se enfocaban ahora en la extraña bruma de polvo que se elevaba en la zona hasta que perdían el control cuando se acercaban demasiado. Las líneas férreas se trisaron hasta quedar como un manojo recogido de metal y las personas que rodeaban ese punto de la ciudad se volvieron hacia lo que era la noticia más importante del momento, la misma, que luego se esmerarían en ocultar. La tierra crujió nuevamente y se rompió, hasta que una nube de polvo comenzó a mostrar lo que la tierra por siglos había ocultado. Entre los escombros cientos de personas habían aparecido provenientes de un agujero metálico que escondía las huellas de su presencia. Extrañas máquinas les acompañaban, monstruos de metal y hierro que se alzaron sobre sus cabezas.

El terremoto había pasado a segundo plano hasta quedar en el olvido. Lo que había sido el centro telúrico de una actividad natural, pasó a denominarse “la zona cero”. La aparición de los extraños habitantes subterráneos alteró a toda la ciudad. Había miedo y curiosidad en los habitantes de Sidney, pero la milicia se había movido rápidamente para evitar cualquier contacto que fuera peligroso. Asegurando la zona, encerraron a los nuevos habitantes alrededor del lugar desde donde habían surgido, incrédulos al pensar que se trataba de simples personas que se habrían perdido hace mucho en las profundidades de la tierra y que habían encontrado la forma de resurgir, pero se habían equivocado, y lo supieron en el exacto momento en que la primera arma de los extraños se volvió contra los habitantes de Sidney.



Tres años pasaron desde que los habitantes subterráneos aparecieron… Tres años de desconcierto y de un hermoso caos que reinó la ciudad. Si antes había sido considerada como un próspero lugar para vivir, ahora se consideraba como una ciudad que iba en decadencia. Los políticos y los rangos más altos de la milicia y las fuerzas especiales se esforzaban por buscar una solución donde ninguno de los dos “bandos” saliera perjudicado, pero siempre pensarían primero en las personas que habían vivido toda su vida en paz, desconociendo todo lo que acontecía a su alrededor o, específicamente, bajo sus pies.

Un cercado eléctrico rodea la ciudad. Sidney se encuentra dividida en dos fracciones o distritos y su gente se distancia cada vez más. Desde la aparición de aquellos seres que surgieron de la tierra, la ciudad se ha vuelto un campo minado para quienes la curiosidad les impulsa a querer saber más acerca de la zona cero o la zona  subterránea. Se han designado tropas para resguardar que nadie pueda bajar… o subir. El poder que reina esa ciudad, los millonarios y aquellos ciudadanos más importantes le dieron prioridad para que aquella noticia se mantuviera oculta. Los primeros meses y años se había filtrado información que motivó que muchas personas de otros países se infiltraran en Australia para observar el “asombroso” acontecimiento, pero los que entran a Sidney no pueden salir y las noticias morían donde mismo había comenzado.

Un año después la curiosidad había cesado. Cualquiera que pensara en Sidney, pensaría en la próspera ciudad que era antes. Sin embargo, ya no se respondía al nombre con que era conocido para el resto del mundo o su nombre de antaño. Sidney se había convertido en Punce, la ciudad que se negaba a bajar, y Ratbag, los territorios que yacen bajo tierra y que cada vez ganan más poder.



Los intentos para hacer retroceder el dominio de Ratbag en la superficie han sido en vano. Los seres que surgieron de la tierra se han acomodado en Punce y el resto del mundo como si hubiese sido su ciudad desde siempre... Y su lugar de origen se ha convertido en el peor de los infiernos para aquellos inocentes y curiosos que quieran conocer mejor las instalaciones subterráneas. Crímenes, asaltos, prostitución entre otros son pan de cada día que pasan desapercibido a los ojos de la ley que enfoca sus fuerzas en los problemas que se generan a la luz del día… y sobre la superficie. Perímetros y reglas dejaron de existir. Se vive a cada día con la esperanza de despertar vivo al día siguiente.

Tan sólo ha trascurrido un año desde que el país se modificó nuevamente, el temblor ya pasó, sin embargo las réplicas son constante dentro de este lugar. Las puñaladas por la espalda y las traiciones son el pan de cada de día y aquello corre por la sangre de cada uno de los ciudadanos que por diferentes circunstancia viven aquí. Estamos en el año 2031 y luego de una importante y fructífera campaña electoral Osaki—Keeny asumieron como Presidente y Vicepresidente respectivamente luego de que asesinasen al Vicepresidente antiguo, siendo puro huesos cuando fue hallado, la sonrisa de Osaki no podía ser más sincera. La hipocresía estaba a flor de piel dos partidos políticos completamente opuestos se habían unido en una mediocre alianza, con el mismo fin: Dominar al pueblo, pero como todos sabemos los hay los que son ciegos y que son capaces de seguirte hasta el fin del mundo por unas simples migajas como también los que tiene un poco más de cerebro y optan por las alianzas anti-gubernamentales que solo quieren ver el país en una desgracia mucho mayor de la que ya se encuentra.

Entre las distintas mafias dentro de Punce y Ratbag tenemos algunos capos que son encargados del tráfico de drogas, armas y por supuesto de la red de prostitución más grande del país y del mundo de la mano del sujeto más frío que te puedas imaginar, despiadado y manipulador. Un As de la mentira y la corrupción. Entre otras figuras importantes también se creó un grupo denominado “La Resistencia” primeramente presidido por un hombre que se confió demasiado en el poder del Estado, pensando que era intocable, pero sí que se equivocó y hoy su putrefacta cabeza reside como trofeo en una parte bien recóndita de la Casa de Gobierno, en esta resistencia centenares de personas son aceptadas y puestas a prueba para su permanencia en aquella red de vicios que nunca terminan. Los fondos del pueblo son utilizados para cualquier cosa menos para la restauración de la ciudad y las zonas que lo componen, su vicepresidente es el actuar precursor de las zonas liberadas para el tráfico en general al igual que el desvío de los fondos para que aquellas alianzas se mantuvieran en pie. Ingenua de las personas que desconocen de todo esto, pero el mundo y la política son así.

Sin embargo, un pequeño destello de esperanza brilla con intensidad en aquella ciudad tan devastada por la inseguridad. El futuro ya llegó, y está vivo en cada pequeña cabecita de los seres que asisten a las distintas Instituciones educativas, una pequeñas bombas de conocimiento que son quienes sacarán este país adelante o al menos eso es lo que intentan los Decanos de la Escuela Secundaria y la Universidad de Punce, dar las herramientas necesarias de forma pedagógica para la correcta y completa formación educativa, en compañía del Presidente y el Vicepresidente del Consejo Estudiantil. Pero no todo está perdido, eso es lo que creemos todo. La Policía intenta hacer su parte, algunas veces bien o algunas veces mal, siempre bajo el mando del Coronel quién mantiene una estrecha relación con el Dueño de todos los burdeles del país. Todo siempre siendo un círculo vicioso, en un manto de maldad, hipocresía y corrupción que no tiene fin.

Para finalizar, el dueño de la Residencia de enfermos mentales es el que se encarga de hacer desaparecer la escoria de la sociedad, muchas veces enfermos de tantas situaciones que pueden con ellos y terminan desterrados en una habitación, aislados esperando en eterna soledad su muerte, muchos de ellos sinceros Militares que tras enfrentar diversas guerras no fueron capaces de continuar la vida de la misma manera, gracias a un desquiciado Coronel que acabó con sus ilusiones y su confianza al momento de darles un arma con el cual defenderse...

A finales de un año todos desean que el siguiente sea su año, que sea uno que depare más cosas buenas que malas. Ponen sus esperanzas en el cambio simbólico de una fecha, en la que tristezas y malos recuerdos son apartados, olvidados, pero hay algunos que simplemente no pueden encerrarse en un baúl.

Un año más que pasa en las ciudades divididas por un solo muro, que nadie sabe cuánto más podrá ser el límite que separe un mundo de otro. Punce y Ratbag. Ratbag y Punce. La una sin la otra no podrían ser lo mismo, y, están al borde continuo de desastres y catástrofes. Algunas ocurren entre las sombras difusas, alejadas de miradas indiscretas, de miradas inocentes.

Así fue cómo sucedió una de las tragedias ocultas al público. El Gobernador sabe moverse entre las tinieblas, y sabe cuándo tras estas debe quedar oculto el horror. Una masacre ocurrida, varios cuerpos encontrados, casi todos políticos que tenían relación de algún tipo con el gobernante de ambas ciudades. Un politico muy conocido fue uno de los caídos, alguien que se acercó demasiado y pagó un alto precio por ello. Si solo hubieran sido aquellos relacionados con la política podría haberse considerado un atentado, como otros tantos que ocurrieron en el pasado, pero también había personas sin culpa alguna, solo con la desventura de haber estado relacionados con aquellos a los que querían hacer daño. Hijos e hijas, hermanos y hermanas, parejas…

Y todo por una venganza, una represalia hacia quienes creían culpables. Los integrantes de la Resistencia solo podían mirar hacia un lugar cuando su líder había desaparecido misteriosamente sin dejar rastro, dando por hecho su muerte. Una segunda vez era inaceptable, y el gobierno pagó con creces algo de lo que no fueron culpables. Pagaron justos por pecadores. Los ciudadanos nunca sabrían lo ocurrido, ni una ni otra parte estaba interesada en el escándalo público. El mensaje fue lo suficiente claro cuando Yasushiro encontró los restos de aquellas vidas perdidas, que tendría que cargar a sus espaldas.

La milicia también guarda bien sus atrocidades, sin dejar fugas bajo el mandato de una implacable mujer, si es que se la puede seguir considerando como tal, ya que es más máquina que mujer. Vera Antónova. Sus intenciones parecen ser claras, conseguir el mejor ejercito australiano, sus métodos no lo son tanto. Si son correctos o no, legales o ilegales, las preguntas rondan, pero ninguno se atreve a formularlas sin temer. El Estado financia, pero no investiga.  Nadie sabe cómo se desarrollan sus proyectos en realidad, y, en apariencia, nunca habrá de saberse.

El poder de las mafias siempre cambió de mano en mano, sin tener líderes fijos por un largo periodo de tiempo, pero alguien parece estar moviendo los hilos en una dirección concreta al fin.

Incluso hay habladurías sobre el instituto mental Walkabout. Lo que les ocurre a los internados es difícil de saber, siendo una institución hermética, pero hay veces que la única manera de salir de allí es con los pies por delante.

Un flujo normal, escondido ante la gente común y corriente, cosas que no hay porqué saber si no meten las narices dónde no les llaman, o si no tienen la mala fortuna de que les toque lidiar con ello. El pan de cada día para los habitantes de Ratbag, historias inquietantes para contar y entretenerse para los de Punce, y cada día la línea se difumina más. De manera lenta y pausada. Quién habría podido prever que esta acabaría por borrarse de la manera más abrupta y cruel posible, al unir a todas las razas baja las mismas emociones.

Sufrimiento. Terror. Miedo.

Da igual de dónde fueran, todos recordarían aquel fatídico día en el que las bombas fueron las protagonistas. Muerte y destrucción dieron forma a la sinfonía del dolor.

“Se ha reportado una serie de explosiones en la zona céntrica de Punce. Muchos negocios se han visto afectados, las imágenes muestran la destrucción mientras llegan los servicios de emergencia. Se atiende a los numerosos heridos, no se sabe cuántos muertos han podido haber…” Las primeras bombas afectaron a una zona tranquila. Un café muy conocido quedó sumamente afectado, junto con las historias que allí se desarrollaban. Un encuentro causal y placentero desembocó en catástrofe.

“¡El hospital en el Límite ha sido afectado por bombas! Uno de los edificios principales ha quedado casi derrumbado. ¡Se ha visto a gente saltar ante la desesperación! Los médicos no dan abasto con las víctimas, las pérdidas que se estiman son desesperanzadoras.” Ni un lugar neutral dónde la gente podía recuperarse había sido perdonado.

“¡¿Qué ha sido eso?! No solo el hospital, también en la zona de las ruinas puede haber habido explosiones de bombas, ¿quién querría afectar a una zona deshabitada? ¿Son terroristas? ¿Un grupo lunático?” Ningún lugar es seguro. No hay dónde esconderse.

“¡El barrio chino de Punce acaba de ser sacudido por la misma oleada de explosiones! La gente huye despavorida de la zona de peligro. Los servicios están tardando en llegar. ¡Esperen! ¡Parece ser que también retienen a la gente! ¿Planean negociar con ellos o…? ¡OH DIOS! Han… han explotado el restaurante entero… con las personas y… Oh dios mío, esto es horrible” Algunos pueden haberse salvado del primer golpe, pero sin duda, la onda expansiva de la desgracia acabará alcanzándoles.

“¡Reportando desde Ratbag, zona residencial! Varios complejos de viviendas han sido atacados. Los servicios de emergencia han tardado en poder llegar a la zona debido a la destrucción. Ya se han confirmado varias muertes, y un centenar de heridos. Se sigue buscando entre los escombros. Hay también voluntarios que ayudan en la labor, pero la situación sigue siendo delicada.” Hay quiénes se sobreponen a las circunstancias y tratan de enfrentarles, pero es inútil, un pequeño esfuerzo no logrará cubrir todo el desastre.

“¡La zona de tiendas de Punce también ha sufrido! ¡Un aparcamiento entero ha colapsado, sepultando a decenas de personas! Debido a todas las explosiones sufridas el personal está en aprietos. Se hace un llamado de voz en busca de voluntarios, hasta los militares están en la labor, cooperando con la policía para controlar la situación a duras penas. ¿Acaso quieren acabar con ambas ciudades?” La tragedia es como una tormenta que llega sin nubes de aviso, solo aparece, pillando desprevenidos a todos y afectándolos por igual.

“¡Punce de nuevo atacada! No solo la zona céntrica, otras zonas se han visto afectadas también. La zona residencial principal por el momento no ha mostrado signos de la misma mala fortuna. El daño en vidas es incalculable, los daños materiales también son abrumadores. ¿Hasta dónde llegará tanta destrucción?” Incluso un inicio puede ser pésimo, más cuando es solitario.

“¡Otra zona de Punce afectada! Una iglesia entera ha explotado, casi no ha habido sobrevivientes. Algunos balbucean incoherencias cómo haber visto a los ángeles que los llevarían al cielo. Esta es una auténtica catástrofe sin parangón, algunos la comparan con el horror sufrido hace…”
La suerte no acompaña a nadie en ese día. La salvación es una patraña.

“Hemos estado informando a lo largo de este desatinado infortunio que hemos sufrido. A parte de las zonas cubiertas por otros reporteros también se ha visto afectado Walkabout, y la zona roja. La famosa empresa de Iker Nexus también se ha visto seriamente afectada, quedando en pie solo uno de los edificios. También se ha notificado atentados en algunos centros de educación. El caos ha sido sin precedentes. Hasta algunos de nuestra profesión han perecido al poner sus vidas en riesgo para que todos estuvieran informados…Un minuto de silencio por todos aquellos que han perecido en las explosiones. Se sabe que ha sido un grupo organizado el causante, pero las autoridades aún no pueden determinar quiénes han sido. Algunos han sido capturados, pero no confiesan, o mueren a los pocos días. Les seguiremos informando de las novedades y tengan cuidado…”