Dungeons & Gods (Afiliacion Elite)

Dungeons & Gods

Ambientación

Nuestro mundo ha cambiado en solo un año. Abriéndose paso desde las mismísimas entrañas de la tierra una estructura desconocida un buen día emergió, y desde lo profundo se arrastraron criaturas nunca antes vistas que jamás debieron ver la luz del sol. Con el camino abierto, estos seres que debieron haber habitado el subsuelo durante eones ahora han empezado a invadir el mundo de la superficie. Y cuando la superficie entró en contacto con lo profundo el choque fue caótico.

Las razas, que durante milenios habían poblado y se había extendido por el planeta, ahora se enfrentaban a un enemigo nuevo e inesperado. Sin embargo, las bestias que ascendieron desde la oscuridad del mundo resultaron ser una fuerza imparable que llevó a la destrucción de toda tierra por la que marcharan. La primera víctima de esta gran catástrofe fue la nación de Orario, perteneciente a la raza humana, que se encontraba en las cercanías de la extraña y misteriosa edificación.

Medio año pasó sin que nadie fuera capaz de hacer frente a la fuerza arrolladora que resultaban ser las bestias que emergían de la estructura, y poco a poco el mundo iba pagando el precio, las víctimas se amontonaban. De no ser por el sacrificio voluntarioso de unos valientes, es probable que la superficie hubiese perecido bajo las zarpas de las bestias. Los enanos, mostrando una determinación férrea, delegaron sus fuerzas en las ruinas de la devastada Orario para montar una línea defensiva capaz de hacer frente al surgimiento de las criaturas de la extraña construcción subterránea. Y aun así, a pesar de ser los únicos capaces de combatir la fuerza aplastante de los monstruos, sus números solos consiguieron desestabilizar a los poderosos enanos, aunque estos lograron ganarle aunque poco un tiempo al resto del mundo.

Y aun así, el mundo habría concluido. El mundo habría conocido su fin, de no ser por nuestra intervención. Nosotros somos los dioses, somos las deidades adoradas por los pueblos, somos las divinidades a las que los creyentes dirigen sus plegarias, y en estas horas oscuras decidimos descender sobre el mundo. Les otorgamos el falna a los mortales, el poder para combatir a las criaturas que amenazaban su vida. Marcamos con este tatuaje a los seres vivos que consideramos adecuados, les dotamos de la capacidad para luchar, los hicimos nuestros representantes.

Así ha sido durante el transcurso del año que todo cambió. Muchos de los nuestros abandonaron los cielos para bajar al plano de los mortales y dotar de su falna a estos. Algunos nos hemos asentado, y reconstruimos Orario, de sus ruinas surgió una flamante ciudad que resultaba la suma de un sinfín de culturas y mezcla de razas que nos adoraban a nosotros, los distintos dioses que descendimos y formamos familias con aventureros que les otorgábamos el poder, nuestra marca, el falna.

No obstante, si hay algo en lo que todas las deidades que hemos descendido estamos de acuerdo es en nuestro deseo de no regresar al cielo. Bajo la premisa de no poder usar nuestro poder divino o regresaríamos a los cielos todas aceptamos esta condición, pues hay muchas formas de influir en el mundo sin requerir de nuestro poder. Todos tenemos deseos, objetivos a cumplir o simple interés en el mundo mortal, lo que nos ata a nuestras familias, y por ende a nuestros aventureros, porque ninguno de nosotros quiere regresar y abandonar este lugar que nos parece tan interesante.

Es así que el mundo ha cambiado. Desde que hemos descendido hemos aprendido que tenemos la capacidad para arrebatarnos el poder los unos a los otros. Una deidad que ha sido destronada por otra pierde su derecho y se convierte en mortal al perder la divinidad, mientras que la deidad que ha destronado a la primera absorbe su poder y se fortalece. Esto ha hecho que los conflictos y tensiones empiecen a florecer entre nuestras propias filas y se formen facciones y bandos. Y aun así, a pesar de que hemos descendido y hemos empezado a disputar entre nosotros, la amenaza subterránea sigue existiendo.

Hemos dotado al mundo de la capacidad de enfrentar a los monstruos de las profundidades, pero Orario solo fue el principio. Se han reportado avistamientos de diferentes criaturas en múltiples zonas del planeta, y es posible que de igual forma que una estructura emergió, más estén ascendiendo a la superficie.

Este mundo, donde los mortales luchan por la supervivencia y el favor de sus dioses, y los dioses luchan entre sí por su propio interés egoísta y personal, resulta bastante interesante, y estoy seguro de que resultará entretenido.

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